
Hoy mire por la ventana, justo después de levantarme. Aunque esta acción duro una eternidad, ya que mis brazos y mis piernas estaban cansadas de nada, logré levantarme con pocas ganas, acercarme a la ventana, mirar hacia la calle, y ver que el día no ayudaba demasiado.
Pronto tendría que salir a trabajar, otra vez a esa rutina que gira como espiral tan lento, que al fin logrará destrozarme el cuerpo y convertirme en algo viejo. Volví a la cama, unos minutos mas, hacia frío y las sabanas estaban tibias, pero faltaba algo...
Cerré los ojos, abrasé la almohada e imagine. Fuí libre otra vez. Sentí como toda la habitación tomaba temperatura, como todo olía mejor, como las sabanas me acariciaban, como el ruido que venia de afuera no me molestaba tanto.
Entonces me di cuenta, que extrañar no es tan malo. Cuando de ese sentimiento semi triste y a la vez maduro, aprendo que en mi cama aun estoy yo, conmigo mismo, enseñándome que lo importante esta dentro mío.
PAL ◘ 2008
